El congreso minero produjo un montón de materiales grabados y también impresos. Carlos Soria, con su síndrome de historiador no dejaba papelitos sueltos, siempre andaba guardando evidencias de todos los procesos de la lucha, en este caso de los trabajadores mineros. Es así que del Congreso de Corocoro llega con alrededor de un poco más de 20 casetes grabados con los discursos, con las ponencias de los diferentes dirigentes del congreso, más allá de documentos impresos, de documentos escritos, de apuntes, etc., Todo este material, con su síndrome de historiador, Carlos quería salvarlo, quería tenerlo en otro lado me imagino para trabajar la historia de las luchas obreras, en este caso de las luchas mineras.
Es así que teníamos dos problemas, por un lado había que salvar todo el material que Carlos había acumulado (en el congreso minero), y por otro lado había que sacar a Carlos que era otro tipo muy visible también en el contexto del Distrito de Siglo XX. Un tipo alto, igual blancoide, muy grandote, y poco común igual, entonces había que sacarlo del Distrito. A mí me pusieron como parte del operativo para conseguir las cosas principales, en este caso los pasajes a La Paz. Las flotas no vendían pasajes si no había un salvoconducto entregado por la policía; el salvoconducto era entregado al presentar el carnet de identidad, de esa manera fue que buscamos a una amiga, en realidad una colega que a estas alturas ya falleció. Recuerdo el nombre de ella, Olga Terrazas, ella fue a la que en realidad se comprometió a fondo porque logramos convencerla, logré convencerla yo para que pueda ir a la policía con el carnet, coquetear con los agentes y conseguir que le den –con el carnet falso de Carlos Soria y diciendo de que se trataba de su hermano– el salvoconducto para poder viajar de esta manera. Así conseguimos el salvoconducto para Carlos.
Con el salvoconducto ya era posible comprar el pasaje, entonces había que comprar el pasaje y había que organizar todo el operativo. Se decidió de que yo entregaba el salvoconducto y el pasaje a Carlos y en la misma flota viajaría y un compañero de incógnito que ni él sabía quién era, para tener claro de si era detenido poder dar la voz de alarma. Así se organizó el operativo de salida. [En lo posible CSG,] antes de que salga Carlos teníamos que salvar también –como dije antes– el paquetón que había de más de 20 casetes y todos los impresos y todos los papeles del congreso minero, fue por eso que [sacamos el paquetón del escondite donde estaba, en la Cooperativa de salud manejada por los curas CSG] y lo llevamos a mi casa. Teníamos una amiga en común, más amiga de Carlos que mía, ella tenía buenas relaciones con algunos de los militares que estaban a cargo de la represión en el distrito minero y pudo conseguir que uno de sus amigos militares la llevara en movilidad del Ejército hacia La Paz, entonces ella iba a llevar la maleta, en una maleta iba a llevar todo el material. Fue así que se decidió llevar a mi casa todo el material –a mi casa no, a un cuarto–. Yo había aprovechado esos días para casarme, los días de la huelga, como dije antes, me casé con Nelly Velasco justamente el 27 de junio, no en la clandestinidad, yo estaba completamente legal supuestamente y me movía tranquilamente en el distrito, sin saber lo que me esperaba. Decidimos casarnos el 27 de junio, día de aniversario de fundación de la juventud comunista, como fanáticos que éramos, sobre todo yo, así fue que me casé con Nelly Velasco, en plena huelga.
Todo el material estaba en mi cuarto para que al día siguiente yo pueda entregarlo en una maleta a la amiga que iba a viajar con el milico hacia la ciudad de La Paz. Este material, por supuesto, al estar en mi cuarto era muy comprometedor; aparte de eso yo en mi cuarto tenía dinamita, tenía fulminantes, tenía guía, tenía una pequeña cantidad de material explosivo. En el transcurso de esta noche, luego de despedirme de Carlos, de desearle buena suerte ya que al día siguiente [pronto CSG] él debería viajar a las 7 de la mañana con el pasaje que yo compré con su salvoconducto, le entrego todo y nos despedimos; y la invito a mi mujer –viviendo la luna de miel– la invito a ir al cine, nos fuimos al cine, a uno de los cines en Llallagua, no recuerdo el nombre, en la calle Ballivián era este cine, en pleno centro de Llallagua. Entramos al cine pero Nelly ya estaba embarazada y el ambiente cerrado del cine, el poco aire que había, la indispuso y como consecuencia de esto fue que salió, salimos, me dijo saldremos estoy mal; salimos a la calle y en la calle habían dos agentes de civil que no sabíamos que eran agentes. Me detuvieron inmediatamente, me preguntaron quién era, me pidieron mi carnet de identidad y me condujeron a las dependencias de la policía, del DOP.
Me habían confundido con un miembro del Ejército de Liberación Nacional a quien le decían Guille, entonces querían que Guille les de todos los datos, me pedían un montón de datos, me pedían el paradero sobre todo del compañero Estanpony, “Miseria” le decían; de momento estuve feliz porque todo lo que me preguntaban yo no sabía nada. Entonces así fue la cosa de mi detención y la primera parte de torturas muy duras desde un primer momento puesto que creían que yo era Guille, un uruguayo que estaba en el distrito, y bueno, todo el mundo pensaba que era Guille, que habían detenido a Guille, entonces a Guille querían hacerlo hablar de las cosas que no sabía…