Del Muro de Roberto Valdiviezo Luna

HASTA SIEMPRE CAMARADA CAMBA, HASTA SIEMPRE HERMANO DEL ALMA
Con el corazón transido de dolor y los recuerdos que en tropel golpean mi pensamiento en este aciago tiempo de tu partida, debo confesarte que hoy me toca llorar solo cuando apenas ayer tú y yo llorábamos unidos por la distancia geográfica, nunca afectiva, con las almas desgarradas por la fatal noticia del deceso de Edgar Ramírez el Huracán, de ese gigante que, como tú, se fue preocupado por los acontecimientos que van desnaturalizando desafortunadamente un proceso que fue gestado por el pueblo que actualmente se aleja más de él, particularmente por los que manejan el poder.

Que coyuntura más compleja y difícil la que nos toca transitar determinada no únicamente por la pandemia que se ha ensañado con familiares, amigos y compañeros de lucha, sino por la agonía de un movimiento obrero fuerte, tenaz y consecuente en el pasado del que fuiste parte y que hoy ya no es capaz de reconocer, entender, enfrentar y asumir con responsabilidad los desafíos históricos del país, hecho que lacera aún más las heridas que ya son de bastante data, caracterizados por un vacío de pensamiento creciente, consecuentemente, por un accionar sin dirección política que ponen a la clase trabajadora ante la inminencia de un salto al vacío; esos eran los problemas que hace tan poco compartíamos preocupados porque Bolivia, en todos sus ámbitos, geográfico espaciales e histórico temporales se sumerge cada vez más y que no parece tener causes de solución institucional.

Emil Balcázar Lara, Camba de origen y minero de cepa por las circunstancias… cómo te querían y reclamaban los mineros de ayer, esos revolucionarios que se jugaban su libertad y hasta la vida en tantos dramáticos y trágicos acontecimientos, conflictividades, rupturas democráticas y sanguinarias dictaduras a los que como clase se enfrentaban con valentía y visión clara.

Recuerdo que en alguna asamblea, consumado ya el golpe fascista de García Meza que te buscaba vivo o muerto, las bases, las tuyas corearon que hable el CAMBA en un franco reclamo de orientación y consignas para la continuidad de la resistencia, cuando en el límite casi del desmayo aún había coraje para disputar espacios de democracia y libertad, conscientes de que el leimotiv dominante en aquel momento, más allá de lo económico se encontraba en el abuso desmedido del poder, en la negación de los derechos y libertades democráticas, la persecución y la masacre como tristemente se repitió hace más de un año con el golpe fascista de la derecha oligárquica de nuestro país que, seguro y como siempre, te quitó el sueño. Fuiste grande y grande te vas casi en el anonimato con el incomprensible olvidó de tu clase, de nuestra clase. Tu carismática personalidad fue el resultado de tus circunstancias de vida entregada a la defensa de los oprimidos, una individualidad entregada a la acción que formó tu temple y tu modo de ser, soñando permanentemente con un mundo mejor, de libertad y justicia seguro de que la labor de transformación correspondía a hombres y mujeres que, aun viviendo el rigor de la inhumana explotación, tenían como utopía la capacidad de soñar.

A estas alturas de los acontecimientos y las limitaciones de mi propia vida sé que el tamaño de un hombre, verdadero trabajador minero y dirigente revolucionario, comprometido con la causa libertaria de lis explotados solo es posible al precio de los riesgos corridos y los obstáculos vencidos en pos de un sueño que no tiene muerte mientras exista la desigualdad social, la transformación de la realidad presente y la construcción de un mundo nuevo, más humano y solidario, ese es el ideario que dejas para lo por venir.

¡HASTA SIEMPRE CAMARADA CAMBA, HASTA SIEMPRE HERMANO DEL ALMA!